Scientists shoot holes in latest NASA Greenland hysteria

“Unprecedented” shouts the headline on NASA’s press release, which then goes on to contradict itself by saying, “melting events of this type occur about once every 150 years on average. With the last one happening in 1889.”

“This event is right on time,” NASA glaciologist Lora Koenig is quoted as saying.

NASA’s claim that Greenland is experiencing “unprecedented” melting is nothing but a bunch of hot air, say scientists.

Climate skeptics said the NASA report itself was the only “unprecedented” item.

Unprecedented NOT Greenland Ice Melt – Image Credit NASA


Take at look at the Summit webcam as of this morning, 26 July. You will see that the ice is still there.

“The temperature there was -16 C (3 F) when I last looked at the webcam,” says reader Roger Oomkins. “MINUS 16 C!” “The damn ice is 2 MILES thick!”

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CO2 per cápita

 

Emisiones de CO2 per cápita al año

Tanto en Estados Unidos como en Europa las emisiones de CO2 per cápita son hoy menores que hace veinte años y continúan disminuyendo. En Rusia se recuperan tras los cierres de la industria pesada que ocurrieron en los primeros años del postcomunismo y en China siguen aumentando desde hace una década e igualan ya a las de Europa, pero incluso allí no crecerán indefinidamente.

Igual que el consumo de energía y de alimentos aumenta cuando un país emerge del subdesarrollo, pero tiende a estabilizarse posteriormente y a disminuir cuando los avances tecnológicos y agrícolas permiten fabricar y cosechar más con menos, así ocurrirá con las emisiones de CO2, que probablemente comiencen a disminuir globalmente durante las décadas del 2020 o del 2030. La estabilización de la población mundial en torno a unos 10.000 millones de personas contribuirá a ello.

Por eso las predicciones de aumento de emisiones hechas por el IPCC y publicadas en sus informes, que suponen un aumento exponencial de las emisiones durante todo el siglo XXI, son probablemente erróneas. La ideología del cambio climático apocalíptico y antropogénico morirá de inanición, o de aburrimiento. Ya está muriendo.

Ventilación

El otro día por la mañana di una conferencia en la universidad sobre las variaciones a lo largo del tiempo del CO2 y del metano. Vitoria está a cien kilómetros de donde vivo y llegué demasiado pronto por miedo a no encontrar en dónde aparcar. Me senté en un banco al sol de un parque cercano para hacer tiempo. Manías mías : saqué de la maletilla el aparatito de medición de CO2 que llevaba conmigo. Ya hablé de él, con fotografía incluída, en otro post (co2: CO2 en la cocina).

No había viento. Me señaló 480 ppm. 480 partes por millón. 480 moléculas de CO2 por cada millón de moléculas del aire. Una cifra bastante alta para estar al aire libre, pues la media global anda este noviembre por poco más de las 390 ppm.

Al principio de una mañana en calma y en un parque qué gusto da respirar. Pero la concentración de CO2 siempre es alta, ya que a lo largo de la noche las plantas han seguido respirando y las hojas otoñales en el suelo han seguido descomponiéndose. Todo ello produce CO2 y, como durante la noche no funciona la fotosíntesis para absorberlo, su concentración es alta. Las pocas mediciones urbanas que se suelen hacer de CO2, pues el CO2 no es un contaminante y lo mismo da que haya 350 que 450 ppm, que 800, indican siempre que en los parques y por la mañana es en donde más CO2 hay.

Empezó la charla. Era en una sala muy moderna y se llenó. La calefacción estaba alta y me habían dicho que el edificio se calentaba geotérmicamente. Supongo que para demostrar la efectividad de la técnica, tan verde y renovable, los ventanales estaba herméticamente cerrados para que no se escapase el calor. Saqué de nuevo el aparatito y me señaló 580 ppm. Vaya. Para ser el principio de la mañana y que todavía la sala no hubiese sido utilizada era una medición algo alta (pero no demasiada —ahora mismo en mi cuarto, en donde escribo esto, hay 680 ppm — claro que todavía estoy en pijama y no he abierto la ventana — cuando lo haga y entre aire fresco, en tres minutos se ventilará y bajará por debajo de las 450 ppm— lo sé por experiencia).

A mitad de la charla, con la sala llena de escuchantes y todos respirando sin parar,  empezó el sensor a pitar. No recuerdo si cuando estaba hablando de las ppm’s del Paleoceno o del Mioceno … Inadvertidamente lo había dejado encendido y ahora me avisaba con su impertinente sonido de alerta que la concentración había subido a las 2.800 ppm !!! Un record. Lo apagué, sonreímos y seguimos respirando. No lo volví a enchufar más.

Perdiendo gas

Producción  en España de las cinco principales fuentes de electricidad 2005-2012
(las cifras del 2012 son una proyección a partir de las cifras a 31 de Octubre)

En los cercanos años 2005, 2006 y 2007, cuando estábamos económicamente bien, lo que más se usaba en España para producir electricidad era el carbón. Luego, en el 2008, entró en vigor la segunda fase del Protocolo de Kioto que obligaba a pagar por el CO2 emitido en exceso y posibilitaba vender en el mercado las cuotas no utilizadas. En consecuencia, consumir carbón, nacional o importado, dejó de ser rentable y su utilización se hundió. Comenzó a recuperarse con fuerza en el 2011 y lo hace aún más este año, 2012, en el que sólo va a ser superado por la energía nuclear en el porcentaje eléctrico de producción .

En aquellos años los gobiernos nacional y autonómicos apostaron por el binomio gas natural-energía eólica. Como el viento se para sin avisar, a medida que los gobiernos despilfarraban subvenciones en parques eólicos, despilfarraban también en construir centrales de ciclo combinado de gas natural, que son capaces de ponerse en funcionamiento y de apagarse con gran rapidez y, por lo tanto, se adaptan al viento que sopla cuando le viene en gana, sobre todo en España. En las inauguraciones de las centrales térmicas de gas los gobernantes se auto-felicitaban pues el gas natural al quemarse produce sólo la mitad de CO2 que el carbón. Y el CO2 era considerado lo peor de lo peor.

El ecologismo —fortalecido por la misma propaganda de las compañías eléctricas que predicaban la electricidad «verde» para evitar el «cambio climático» y el  CO2— se creció e impidió el desarrollo de las nuevas técnicas de explotación de gas.  Los precios, de importación, subieron, y ya desde el 2008 su consumo en las centrales comenzó a hundirse, por falta de rentabilidad frente al carbón. En el 2012, el gas natural en España, en gran parte licuado y traído desde Qatar (sede durante la próxima semana de la reunión mundial del cambio climático, qué casualidad…) sólo será la cuarta fuente de electricidad.

REE